L D (EFE) Según las primeras investigaciones, el método usado por los terroristas ha sido similar al atentado de Durango del pasado 2 de septiembre contra otra casa cuartel: han llegado en dos vehículos, se han bajado y han dejado el coche con los explosivos, lo han activado y han huido en el otro automóvil. En Durango se usaron 35 kilos de explosivos, y esta vez se supone que la cantidad ha sido alta por los grandes desperfectos causados.
Las Fuerzas de Seguridad del Estado creen que el atentado ha sido obra del grupo Vizcaya de ETA. Ésta es la principal hipótesis con la que trabajan los expertos en la lucha antiterrorista tras analizar la forma de actuar de los terroristas y la ruta seguida en su huida, tras la colocación de la furgoneta-bomba. Los investigadores consideran que este grupo, el más activo desde el fin de la tregua en diciembre de 2006 cuando ETA mató a dos ecuatorianos en el aeropuerto de Madrid, sería el responsable de esta nueva acción de la banda que ha costado la vida a un guardia civil.
A este grupo integrado por los terroristas liberados –fichados por la Policía– Jurdan Martitegi y Arkaitz Goikoetxea se le atribuye, entre otros atentados, el del coche-bomba contra el cuartel de la Guardia Civil de Calahorra (La Rioja). Según los expertos, Martitegi y Goikoetxea forman el "grupo estable" del grupo aunque contarían también con al menos dos grupos de apoyo de colaboradores "legales" –no fichados– algunos de los cuales podrían haber intervenido en varios atentados.
Por los daños observados en la casa cuartel de Legutiano, los expertos antiterroristas consultados creen que los terroristas han podido utilizar cerca de 300 kilos de un explosivo aún por determinar, aunque se inclinan por el amonal, amosal o cloratita, reforzado con cordón detonante.